El almacenamiento en la nube implica archivar, organizar y distribuir los datos según se requiera, en distintos volúmenes de almacenamiento virtualizado consolidados a partir de distintos sistemas de hardware físico. En términos más sencillos, es la organización de los datos almacenados en algún lugar al que puede acceder cualquier persona que tenga los permisos adecuados, a través de Internet. No es necesario que esté conectado a una red interna (lo que se conoce como almacenamiento adjunto a la red), ni tampoco que acceda a los datos desde un disco duro propio o un sistema de hardware conectado directamente a su computadora. El almacenamiento en la nube se basa en la virtualización para crear las nubes que almacenan los datos.
En términos simples, la nube permite almacenar y acceder a datos y programas a través de Internet en lugar del disco duro de su computadora. La nube es solo una metáfora de Internet. Se remonta a los días de los diagramas de flujo y a las presentaciones que representaban la gigantesca infraestructura de servidores de Internet como nada más que un cúmulo blanco e hinchado, que acepta conexiones y reparte información mientras flota.
Para entender cómo funciona la nube, tienes que olvidarte del disco duro. Cuando almacenas datos o ejecutas programas desde el disco duro, estás usando el almacenamiento local donde todo lo que necesita está físicamente cerca tuyo, de manera que puedes acceder a tus datos rápida y fácilmente. La industria de la informática funcionó durante décadas trabajando desde el disco duro. Para algunos, este sistema sigue siendo superior a la nube.
Al usar Google Drive, OneDrive y Dropbox tiene un procesador de textos basado en la nube, todo lo que escribes se guarda automáticamente en la nube. No hay necesidad de jugar con la configuración para asegurarse de que el trabajo se guarde, o de designar una carpeta en tu computador para almacenar el contenido guardado. Los servicios basados en la nube, como Google Drive, permiten a los usuarios simplemente disfrutar de los beneficios de la tecnología y confiar en que el proveedor del servicio se encargará del almacenamiento de archivos.
Muchos servicios de computación en la nube están disponibles bajo demanda y son bastante económicos. Si tus necesidades varían de un mes a otro, vas a pagar dependiendo de cómo cambies su uso. Tradicionalmente, estaba presente el riesgo de comprar una red informática costosa y darse cuenta de que era más grande de lo que necesitabas, o quizás descubrir que la configuración que tenías era demasiado pequeña para lo que necesitabas hacer. La computación en la nube hace que estos escenarios sean menos probables porque puedes suscribirte a la mayoría de los servicios de computación en la nube sin amarrarse a contratos largos.
La computación en la nube también ofrece sus respectivos servicios públicos o privados. Una cuenta de correo electrónico basada en la nube es un ejemplo de un servicio público de computación en la nube. Sin embargo, muchas empresas usan redes privadas virtuales (VPN) para acceder a nubes privadas seguras, como las que solo son accesibles para personas que trabajan en una empresa o departamento en particular.
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